La globalización de la economía, la innovación tecnológica sin precedentes que se vive en la actualidad y el afianzamiento del tiempo como un factor verdaderamente estratégico, están creando un ambiente complejo, de alta incertidumbre y de intensa competencia en el que, las únicas empresas que sobrevivirán y crecerán serán aquellas que, por un lado, cuenten con los recursos económicos, tecnológicos y el conocimiento (Know how) que exige el desarrollo de su negocio y, por el otro lado, sean capaces de desarrollar una cultura organizacional de alto desempeño, el potencial de sus recursos humanos clave y los esquemas de dirección y motivación de personal que les aseguren una ventaja duradera frente a sus competidores del mercado. En gran medida, en la parte técnica, las organizaciones necesitan desarrollar la capacidad de respuesta instantánea al mercado y a sus clientes y, en la parte social y humana, necesitan promover y desarrollar una cultura de alto desempeño y prácticas gerenciales novedosas de dirección y supervisión de personal que promuevan la participación, la auto-dirección y un alto desempeño entre sus colaboradores, principalmente.
En términos más amplios, en las organizaciones actuales se requiere cambiar el esquema tradicional de organización del trabajo, en el que el jefe, planea, organiza (asigna tareas), dirige, provee los recursos, mantiene las relaciones con clientes y proveedores, controla, evalúa y reconoce el desempeño individual de sus colaboradores, por uno en el que, tanto las personas, como los equipos de trabajo, sean capaces de auto-organizarse para llevar a cabo las tareas del jefe del esquema clásico y hacer las negociaciones que se requieren para conseguir los recursos que se necesitan y mantener las relaciones con sus proveedores y clientes, tanto internos, como externos.
En este esquema alternativo de organización del trabajo[17], el equipo y sus integrantes desarrollan, gradualmente, multi-habilidades, maduran como personas y desarrollan un alto sentido de auto-dirección y compromiso, tanto individual, como en el equipo y, generalmente, alcanzan altos niveles de desempeño. Y, en este nuevo esquema de organización del trabajo, ¿Qué tareas le competen al jefe o supervisor?: el jefe o supervisor enfoca sus acciones en innovar los procesos de trabajo; en proveer a sus colaboradores una información útil para moderar la complejidad y la incertidumbre del entorno; y, en acompañar, orientar (coaching) y animar a su equipo de trabajo a lograr un nivel superior de desempeño. Como se planteará más adelante en esta guía, creemos que los temas de la participación, la auto-dirección y el compromiso de las personas cuyo desempeño será evaluado, es un elemento crucial que debe considerarse, tanto en el diseño, como en la implementación y operación de cualquier procedimiento de evaluación del desempeño en las organizaciones actuales.
NOTAS
[17] Trist, Erick, The Evolution of Socio-Techical Systems: a conceptual framework and and action reseach program, Ocassional paper No. 2, june 1981, Conference on Organizational Design and Performance, Centre for the Study of Organizational Innovation, Wharton School, University of Pennsylvania (1980). Herzberg, Frederick y colaboradores, The Motivation to Work, John Wiley, New York (1959).
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Diseño de escalas para evaluar el desempeño